Si, así es, veo que todo es posible. Me gusta ver el mundo así. Me gusta actuar con responsabilidad y hacer lo imposible para que las cosas sucedan. Pero no, nadie ha dicho que sea fácil. No es cuestión de suerte, quizás se puede decir que es cuestión de ganas y esfuerzo. Y aun así, el resultado tampoco está asegurado.
Hoy he publicado un vídeo en las redes sociales sobre el miedo, un video motivacional, cuya voz penetrante me pone las pilas, son videos que empoderan y por esto me gusta compartirlos. Acto seguido he recibido un mensaje con cierto rintintín acerca el mundo de los coaches, al parecer un mundo fantástico y maravilloso y en el cual vivimos sin tocar de pies al suelo. Mi cara ha sido una vez más de sorpresa.
Que yo diga que es posible no quiere decir que vaya a suceder, que yo sea optimista, no quiere decir que las cosas puedan ir mal, que yo decida regalar siempre mi sonrisa, no quiere decir que no sienta tristeza. Nada de todo esto. Pero es una actitud que elijo porque siempre me ha aportado más, me ha permitido crecer y llegar más lejos. Haberme quedado sentada en el sofá, pasando los años y deseando otra vida, esto no hubiera sido llegar más lejos.
No, nadie ha dicho que sea fácil, de hecho se necesitan muchos huevos para seguir adelante con tus sueños, para no rendirse, cuando a veces sería sin duda, la solución más fácil.
¿Que porque no abandonar? Pues afortunadamente esto si que es muy fácil de entender, porque existe una voz interior que nos dice lo que deseamos, y en mi caso, es poner mi grano de arena para hacer que las personas sean más felices, sean más valientes, venzcan sus miedos y luchen por sus sueños.
Sueños. Si, sueños. Lo único que para perseguirlos, a veces tienes que dejar de lado otras acciones (al menos, de forma temporal) las cuales te has permitido durante mucho tiempo y te gustaría seguir haciendo, algo tan sencillo como escoger que comida comprar en el supermercado, ir un fin de semana a la montaña, tomarte unas cervezas con los amigos, comprarte una prenda de vestir que te sienta genial o darle a tus hijos aquello que anhelan. Para mi eso fue lo más difícil. Para ellos si les compensas con tu compañía, puede ser más fácil.
<Hemos perdido tus regalos, Violeta. Pero tan pronto como los encontremos te los vamos a traer>. Esta es la nota que tuve que escribir el día de reyes hace tres años para mi hija Violeta, de entonces 4 años, era el primer año de trabajar por mi cuenta, apostar por mi sueño, y consecuentemente, era un año de no poder pagar las facturas, la hipoteca y demás gastos que puntualmente aparecían en mi cuenta bancaria.
Así que si esto lo veis fácil, me saco el sombrero. Para mi, os aseguro que no lo fue.
Por todo esto y mucho más, doy ánimos a todos los que en algún momento han sentido miedo, como yo, pero a pesar de ello, siguen adelante.
Sigo pensando que no debemos dejar de escuchar nunca nuestro interior. Si algo te llama, ve a por ello. No te rindas.
¡Esto es la vida! Y pienso que vale la pena (y la alegría).