El otro día estuve en una empresa donde vi este cartel en la puerta de personal interno, es decir, cuando entran en contacto con el cliente y son un empleado, es como si entraran en rodaje… ¡Luces, cámara, acción! Está claro que la sonrisa nos acerca al cliente y sus beneficios son muchísimos.
Pero que pasa si la sonrisa es forzada? NO TRANSMITE. Y puede que un día nos sea más fácil ponerla, pero corremos el riesgo de que muchos otros no. Por ello, es importante apostar para que esta sonrisa sea auténtica y los empleados la lleven incorporada de casa.
Un trabajador feliz, al igual que cuando se está enamorado (nota de humor: ¡hablamos del enamoramiento de los seis primeros meses, luego es otra cosa!), todo lo vemos desde otra perspectiva. Se crean mejores relaciones, tanto con los compañeros y jefes como con los clientes, proveedores y demás contactos del entorno. Se contribuye a un mejor clima laboral. Se trabaja mejor en equipo. Se es más receptivo a las propuestas de la dirección y de los compañeros. Es más fácil centrarse en ver lo positivo. Se contagian las emociones positivas. Se es más creativo. Se enfrentan de otra manera las situaciones de estrés. Se está más seguro y confiado por lo que mejora la toma de decisiones. Las críticas se reciben mejor. Se respira una mejor energía. Se tiene una actitud positiva. Mejora el compromiso y el orgullo con la organización.
En fin, los trabajadores felices se desempeñan de una mejor manera, aumentan su rendimiento y por consecuente la productividad en la empresa. Y esto SI TRANSMITE.
¡Somos uno! Antes se decía que tus historias personales las dejaras en la puerta, pero esto no es posible. Nuestra cabeza nos acompaña 24 hrs non stop, y si yo vivo en conflicto fuera del trabajo, de una manera u otra lo voy a transmitir en la empresa.
El equilibrio en la vida personal acompaña al equilibrio en la vida profesional, el estrés, la preocupación, la ansiedad, son los factores más importantes para el bajo rendimiento y productividad.
Apostar por la felicidad de las personas de una empresa, es apostar por la calidad en el servicio, es apostar por el trabajo en equipo, es apostar por el desarrollo y crecimiento personal y profesional, es apostar por la mejora en los resultados, es apostar por la energía, es apostar por el nivel de compromiso, es apostar por la comunicación, es apostar por la resolución de problemas, es apostar por la iniciativa, es apostar por la confianza en uno mismo.
¿Necesitas más razones para querer a tus empleados felices? Acompañándoles en su desarrollo personal y en su felicidad, estaremos apostando por la productividad… Y lo mejor de todo es ¡que todos creceremos!
El bienestar personal en las organizaciones es un valor diferencial. Haz que tus empleados estén orgullosos de formar parte de tu empresa. ¡Atrévete!
Educar al cerebro en el arte de sentirse bien: