Si hay algo que me gusta y me flipa es la conexión entre las personas. Creo que no hay más deleite para el ser humano que sentirse conectado con los demás. Y si hay algo que nos impide este vínculo, muchas veces son los juicios. Puedo estar hablando de tener más o menos feeling con alguien y también hablo de los conflictos que se generan por los mismos. Estamos constantemente juzgando al otro, cómo tendría que ser, cómo tendría que actuar… como si uno mismo tuviera la verdad.
¿Qué está bien y qué está mal? Todo ello también es un juicio y lo hacemos en base a nuestras creencias, y estas creencias son valoraciones subjetivas de la realidad que en la mayoría de los casos las hemos heredado o comprado pero no nos las hemos cuestionado.
Y ahora te pregunto, ¿qué más dará lo que haga el otro? ¿lo que hace con su vida? ¿Quien eres tu para decir cómo debe llevarla? Porque al fin, la vida es de uno mismo y sólo de uno mismo. Pero si, parece que nos importa y lo criticamos, lo juzgamos.
Vayamos a por otra reflexión, ¿podemos juzgar a alguien por sus actos? ¿no crees que nos estamos perdiendo en pequeñeces y estamos dejando de lado la grandeza del ser? ¿no puede un acto estar sacado de contexto si no entendemos la totalidad? El ser humano es muy grande y lo que escondemos como personas siempre es un misterio. Un misterio que encubre los pensamientos del otro, sus emociones, sus experiencias vividas, la influencia del entorno recibida y demás, que le llevan a actuar de una manera u otra.
Además, juzgamos al otro a partir de uno mismo. Y cuando lo hacemos nos posicionamos en un nivel de superioridad. ¿En serio te crees tu más que el otro o en posesión de la verdad? ¿Tus valores y tus creencias son mejores? ¿dónde está escrito como debe ser la realidad?
Está muy de moda hablar de empatía, ponerse en los zapatos de los demás. Ok, hasta aquí todo correcto. Pero, quizás deberíamos sacarnos primero nuestros zapatos, e ir como una hoja en blanco, curiosear intentando comprender al otro, porque piensa y actúa así, en lugar de juzgarle. Porque si él actúa de una manera u otra es porque él también está en posesión de su verdad.
Como seres humanos que somos, orientamos todas nuestras acciones hacia la felicidad, hacia el sentirnos bien, nos puede mover la búsqueda del placer o nos mueve evitar el dolor. Entonces el otro, con lo que hace, está batallando por ello, con los recursos que tiene, y como lo haces tú con tu vida.
Si queremos conectar con los demás, siempre es posible, esto si, deberemos asumir esta responsabilidad y tener una intención de conexión y bienestar. ¿Beneficio? Más calma para ti y para el otro. Siempre.
Eso si, para ello, deberemos…
Tener siempre una mirada de curiosidad y admiración hacia el otro, como si fuésemos su mayor fan. Sea como sea, piense como piense.
Hacer uso de una de las mejores técnicas de persuasión y seducción: hacer siempre sentir bien y hacer crecer al otro. Sea como sea, piense como piense.
Entender y aceptar que La vida es y que la interpretación que hacemos de las cosas es sólo nuestra, y esta la podemos elegir.
Además el juicio siempre habla más de la persona que lo emite que no del que lo recibe. Preocuparse de ser una gran persona debería ser una prioridad.
Así que, ¿quieres conflicto? Practica el juicio. ¿Quieres paz y bienestar? Elimínalo de una vez. Feel free.