¿Quien ha dicho que el tamaño no importa? No estoy de acuerdo. ¡El tamaño SI importa!
Llega un nuevo año, y como es habitual, nos marcamos nuevos objetivos, nuevos propósitos, nuevos deseos, y además con la convicción de que este año SI.
¿Acaso este año va a ser diferente de los otros? ¿Acaso este año todos los planetas se han alineado para que sea todo más fácil? Seamos realistas, este año va a ser igual que todos los demás, si a estos objetivos no les sigue una acción.
¿Que es lo que pasa? ¿Porque no conseguimos aquello que deseamos? ¿Porque racionalmente lo tenemos todo muy claro pero nos falta actitud para conseguir aquello que nos planteamos? ¿Porque? ¡Porque el tamaño SI importa! Nuestro objetivo, nuestro propósito, nuestra deseo tiene que ser muy grande.
Pero cuando hablo de grande, no hablo de un objetivo inalcanzable, hablo de la energía, de la pasión, hablo de que el objetivo nos ponga, de que cuando pensemos en él sintamos el mariposeo en el estómago.
¿A caso nunca has tenido esta sensación? Si, seguro que sabes de lo que hablo. Pues el objetivo que nos marquemos debe alcanzar esta magnitud. Si no, déjalo, no lo vas a conseguir.
Porque repito, ¡el tamaño SI importa! Cuando mi objetivo, mi propósito, mi deseo, me conecta con lo mejor de mi y con este anhelo de conseguirlo, los obstáculos se minimizan y las oportunidades para que se acabe cumpliendo, crecen.
¡Así que manos a la obra! ¿Lo primero? Conecta con tu propósito y su grandeza, y piensa porque eres merecedor de él, que es lo que pasaría si lo consiguieras, siente porque este propósito te pertenece y conecta con el para que del mismo.
En segundo lugar, empieza a creer que el éxito (entendido como el logro del objetivo) no está en manos de unos elegidos, pues el éxito está en manos de quien está dispuesto a hacer todo por conseguir su propósito. Plantéate, ¿que estás dispuesto a hacer para conseguir tu propósito? ¿Que nuevos hábitos necesitas adquirir? ¿A que estás dispuesto a renunciar para poder ir a por él?.
La tercera posición la ocupa el desarrollar ese sentimiento de certeza que lo puedes conseguir. ¿Como? Trabajando tu autoestima, ¡quiérete de una vez!, siente la seguridad y desarrolla tu mejor versión. ¿Que habilidades necesitas para optar a tu propósito? Confía en que ya las tienes, y ahora hace falta trabajarlas y desarrollarlas. Como cita Mario Alonso Puig, «no bajes tus sueños a la altura de tus capacidades aparentes, al contrario, deja que tus capacidades suban a la altura de tus sueños». Así que ¡crécete!
Y por último, márcate un plan estratégico, lo más detallado posible, con todas las acciones que debes hacer, por prioridades y con fechas, y comprométete contigo mismo para ir cumpliéndolas con los plazos marcados. Si el tamaño de tu propósito es grande y sientes el cosquilleo, ya no hay lugar para las excusas, ¡pasa a la acción!
Lo fácil es la rutina, lo fácil es dejarnos llevar, lo fácil es vivir por inercia, lo fácil es no pensar. ¿Quieres esto? Tú mismo.
Yo sé que tu lo vales, que tu lo mereces, que tu puedes ir detrás de tus sueños, eso si, ¡faltan muchos huevos para ir a por ellos! ¿Los tienes? ¡Pues muévete!
¡Porque el tamaño SI importa!