Es un The Next Step en todos los sentidos, para mis clientes y para mi. El COVID19 me ha regalado un espacio de reflexión que he decidido explorar por todos los lados. Estoy en los 40, que creo sinceramente que es una edad cojonuda. Y profesionalmente, tengo la necesidad de ser más coherente y auténtica que nunca.
Te cuento algo, el año pasado llegué apurada. Rocé la no plenitud profesional. Y así, se lo dije a mis clientes. Tenía que hacer un parón. Han sido 8 años de formaciones acerca la gestión emocional, felicidad corporativa, comunicación, creatividad y liderazgo entre otros, ¡temas que me apasionan! Pero sentía que algo no encajaba.
Por un lado, el hecho de darme cabezazos en intentar cambiar a gente que no quiere cambiar. Y esto, no es posible. Es una generalización porque ha habido de todo, pero incluso he llegado a oír frases como <¡y encima quieren que seamos felices!>, la felicidad en la empresa en muchos casos se nos resiste. Yo pensaba que todo el mundo quería ser feliz y estar bien, pero créeme, no es así. ¿El motivo? Se ha normalizado el malestar en la empresa.
Y por el otro, el no ver resultados a largo plazo. El impacto de este tipo de formaciones es muy bueno pero también es muy cortoplacista, si no existe detrás una cultura emocional corporativa que lo apoye e invite a actuar, resulta casi imposible cambiar sólo una parte de la organización. Las formaciones que se hacen para cumplir con el expediente, no funcionan, es tirar el dinero. Debe formar parte de la cultura y toda la organización debe estar implicada, toda. Una frase que lo refleja muy bien y recurrente en los participantes era <todo esto está muy bien, pero díselo a mi jefe>. Cierto.
Gracias a estos dos grandes aprendizajes puedo dar ahora el The Next Step.
Y aquí está mi nuevo reto, mi responsabilidad, mi compromiso poner toda la carne en el asador, con la energía y pasión como el primer día. Suelto las formaciones puntuales, para dar paso a un trabajo continuo, constante y perseverante en la empresa, para que los resultados también sean duraderos y sostenibles. ¡Además de formaciones tenemos que apoyar con acciones! El cambio es necesario y no hay nada que me ponga más en este momento que cambiar la manera de hacer para seguir pegando caña. Además, cuando te enfrentas a un nuevo reto siempre incorporas foco, claridad, entusiasmo. Y esto, mola.
Es hora de exigir por parte de todos. Quiero organizaciones comprometidas y que apuesten por el talento. Ahora sólo me conformo con resultados. Es por ello que tengo un claro objetivo, acompañar a mis clientes a definir y trabajar una cultura emocional potente y que se transmita, donde los empleados se sientan a gusto para darlo todo, además de poner el foco principal en la ideación y la innovación en la empresa, más necesario que nunca, y con la persuasión y las ventas para comunicar y vender todas estas grandes ideas, a clientes, a proveedores, a los inversores, al entorno.
Necesitamos más que nunca innovar, llevar al mercado nuevas soluciones para los nuevos consumidores que ya son diferentes a ayer, existen nuevas necesidades y nuevos problemas a resolver. El COVID19 abre nuevas posibilidades y se carga cosas que ya no nos sirven. Hay más oportunidades que nunca. Y esto me pone, ir de la mano con mis clientes desde el inicio, con un reto creativo, la ideación de posibilidades hasta que lancemos un producto o servicio nuevo, a la altura de las circunstancias actuales. Y como siempre, un producto o servicio hecho con mucha pasión.
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