Existen muchísimas habilidades que destacan a los líderes de quién no lo son. Soy de las que opino que el liderazgo no va con el cargo que se ocupa dentro de la empresa (o en família, pareja, amistades), sino que es una actitud, un comportamiento que hace destacar a las personas excepcionales (aquellas personas con las que uno se siente bien y conectado). Tanto dentro como fuera del entorno laboral.
A lo largo de mi experiencia personal y profesional , me he encontrado con muchas personas que no tan sólo no son líderes ni brillan por su comportamiento humano, sino que sus prácticas van totalmente en contra de un liderazgo auténtico.
Una de las grandezas del ser humano (bajo mi punto de vista) es el poder de conexión que tenemos con las otras personas. Y esto va de voluntad, de querer conectar con los otros, sentir emociones positivas con el entorno y crecernos entre todos. Y ya sabéis que no me valen las excusas de yo soy así, porque la neuroplasticidad del cerebro ha demostrado que si uno quiere cambiar, puede.
Es por ello que quiero compartir contigo aquellos rasgos o comportamientos, que para mi, son los que practican los antilíderes, y por ello, en lugar de obtener lo mejor de las personas que le rodean, obtienen un alejamiento, un desencanto y un rechazo.
Mi compromiso, es hacer un siguiente artículo dándote las herramientas para poder lidiar con un antilíder, ya que es poco probable que ellos cambien, y más adelante verás porque. Si el antilíder es una persona que tienes en tu entorno personal es posible que ya te hayas alejado de él/ella, pero si este es tu jefe, puede que lo tengas más complicado si es que no tomas la decisión de dejar de pertenecer a su equipo.
Si tu eres de aquellos que quieres seguir creciendo como persona, dejar una huella positiva en los demás, conectarte con las personas que te rodean y mejorar en tu liderazgo, leete aténtamente la lista y reflexiona acerca de las siguientes actitudes, y si hay alguna que practicas, ojito, te puede estar desconectando de la gente de tu entorno y alejándote de un liderazgo potente.
Ahí te va la lista de los 20 rasgos que destaco:
- El antilíder se cree perfecto y tiene una autopercepción de superioridad ante los demás. Única y exclusivamente él hace las cosas bien, y los demás nunca están a su nivel. Le falta humildad para reconocerlo y por ello es poco probable que pare a escucharte si tu tienes diferentes perspectivas u opiniones, además está claro, no lleva bien las críticas que cuestionen su (creída) perfección y verdad ante todo.
- El antilíder es castigador. Si no estás de acuerdo con su opinión o sus prácticas es posible que deje de hablarte y es más, pase a ignorarte, tomando una actitud castigadora, de indiferencia y por lo tanto, de alejamiento. El antilíder tiene muy poca tolerancia cuando se le lleva la contraria o simplemente se le da una visión diferente ante un tema -aunque el otro tenga (su) razón y así la justifique-.
- El antilíder reacciona de forma exagerada ante situaciones insignificantes o por pequeñeces. El antilíder puede ser inestable emocionalmente, y por lo tanto incoherente. Cuando compartes con él alguna inquietud, problema o situación, nunca sabes si va a reaccionar con una actitud resolutiva y de tolerancia, o va a reaccionar de una manera agresiva y fuera de lugar.
- El antilíder, en lugar de hacer sentir bien a los demás, respetarles y hacerles crecer -habilidad fundamental del liderazgo-, desprecia a quien a las personas que no le siguen su juego o que él cree que le llevan la contraria. Entonces… ¡Parece disfrutar al hacer sentir pequeñas y mal a las otras personas!.
- El antilíder justifica sus deplorables actos por la forma de actuar de los otros, reacciona emocionalmente y de forma negativa, tomando un rol de víctima porque los otros no han hecho lo que él esperaba o no actúan correctamente según sus convicciones. Justifica su ira, su enfado, su agresividad y por lo tanto su mala gestión emocional por hechos externos a él.
- El antilíder no comparte su conocimiento, prefiere que los otros se equivoquen para luego poder señalarles lo mal que hacen las cosas y que él es el único que lo hace bien (es el <yo ya sabía que contigo no podía contar…> o <no sabes hacer nada>). Parece disfrutar más echando la bronca que compartiendo su sabiduría. Y esto -como tantos otros rasgos- perjudica gravemente a la seguridad y autoestima de quienes le rodean.
- El antilíder tiene una necesidad acusada de que los demás le den reconocimiento, y si no lo hacen, tampoco pasa nada, ya se lo da él. Además se atribuye todos los éxitos -aunque estos sean debidos al equipo o a su entorno- y acusa de los fracasos a los demás. Nunca reconocerá que necesita al equipo y por supuesto que él hace las cosas mal. Tienes que saber que el antilíder es muy egocéntrico.
- El antilíder ni sabe escuchar ni tiene empatía, no tiene en cuenta ni le interesan los sentimientos de los demás y es más, si puede, los pisotea. El antilíder no sabe escucharte, sólo se escucha a él.
- El antilíder constantemente cuestiona la credibilidad y la autoridad de los otros. No le gusta que nadie le saque el poder de control. Y si se le cuestiona algo, rápidamente va a desacreditar a aquella persona.
- El antilíder no conoce las palabras por favor ni tampoco la de gracias, y es que todo el mundo debe estar para satisfacer sus necesidades. No sabe pedir y es posible que utilice frases como <hay que hacer…>. ¡Pedir favores sería signo de debilidad y reconocer que necesita a un equipo! El antilíder no pide, ordena. Sin más.
- El antilíder exagera sus logros por la necesidad de admiración constante que tiene. Busca constantemente la atención, utiliza frases como <que bien lo hago>, <seguro que has pensado que yo lo arreglaría>, <vienes a mi porque sabes que lo resolveré>, <sin mi, tu no eres nadie>.
- El antilíder no escucha, sólo sabe hablar de él, sus logros, sus conocimientos, sus éxitos, y cuando alguien le comenta algún éxito o logro, el siempre tendrá más y mejores. Nunca se está a su altura. Está a nivel Dios.
- El antilíder se alegra de los fracasos ajenos, esto le hace aumentar su ego, <a Pablo no le van bien las cosas, y no me extraña>, <Jose está en la miseria>…
- El antilíder si le cuentas algo personal y con confianza, a la que pueda, lo va a utilizar en tu contra, para hacerte sentir mal por ello <no me extraña que tu pareja se haya querido divorciar…>, <así te van las cosas, por tu hipersensibilidad...> Además de divulgarlo con un único fin: ridiculizar al otro y humillarle.
- El antilíder crea equipo con los que cree que son los suyos, teniendo muy buen rollo con ellos, para que los otros vean que crack es y castigando a todos los demás. Hace pandillas, y adopta unas actitudes totalmente diferente en un equipo u otro, como un camaleón.
- El antilíder no quiere que pienses, sólo que obedezcas. Pues él, y sólo él, tiene la razón y la verdad. Pudiendo añadir el poder y la autoridad.
- El antilíder nunca reconocerá la necesidad de tener a alguien en su equipo y que le necesita para llegar a sus objetivos, frases como <si no te gusta, ya sabes donde está la puerta>, <no sé porqué sigues aquí> le van.
- El antilíder pone cruces a aquellos que cree que le pueden hacer sombra, utilizando varias técnicas de las detalladas anteriormente.
- El antilíder sabe manipular y tergiversar la realidad, es posible que alguien se enfade con ellos por una actitud que considera no adecuada, pero el antilíder tomará el control, le dará una vuelta al tema y hará sentir que el enfadado y dolido es él.
- El antilíder cuando le das un reconocimiento por algo merecido, algo real, en lugar de agradecer, responde con frases <ya sé que soy el mejor>, <sé que me admiras>. El antilíder es arrogante y soberbio.
Puede que te hayas visto reflejado en algunos de estos rasgos o que alguien a tu alrededor los tenga, uno, varios o todos -que por experiencia, te aseguro que es posible-.
Me interesa muchísimo tu opinión, conocer si has trabajado o has estado con algun antlíder y qué has hecho para lidiar con ello, en el próximo artículo también te voy a dar algunas herramientas.
¡Gracias por ser, estar y compartir!
Bibi